miércoles, 25 de junio de 2008

Analógico o digital, pero fútbol

Sí, soy yo el que escribe de fútbol y no uno de mis compañeros; el caso es que me apetece destacar un artículo de Microsiervos que me ha recordado la reciente patada en el culo propinada por la roja a los spaghetti.

Porque sí, porque por mucho que te la pele el fútbol (incluso si te resbala tanto como a mí) ciertos eventos sobrepasan la dimensión balompédica y parecen enquistarse en el organismo de uno, esperando hacer daño cuando más despistado estás. Algo de este pelo me pasó a mi con los cuartos de final del mundial del 94 y con la puta que parió a Tassoti.

Así que, volviendo al domingo pasado, dia del señor Dios Casillas, cuando estás como dice mi gran compañero a punto de "cagar el corazón", esperando con los cojones arrugados en el cuello el resultado de años de vudú y comentarios de tasca, sientes una extrañísima sensación cuando oyes gritos de júbilo y juramentos de desespero antes de que siquiera alguien haya tocado el balón. Es como si al verlo en tu pantalla botases en diferido, es como reirte el último de un chiste, como fingir un orgasmo. Sí, te ha gustado ver cómo le han clavado esa pelota entre los postes al menda de la bota, pero no es lo mismo.

¿Mi única diferencia con los que gritaban? Usar la TDT.

Al final, lo único que importa es que ya no hay crisis y está levantando la niebla derrotista. Al fin un dia podré contarles a mis hijos que pasamos de cuartos y lo ví, aunque fuese con retardo.

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