Como dice el refrán, y no sin razón, "de golpe y porrazo, se enriquece el ladronazo". Yo añadiría el "cabronazo". Y es que así anda el mundo, unos vendiendo hasta las hilachas de las alpargatas para poder llegar a fin de mes sin tener que prostituirse y otros mangoneando unos milloncejos de euros de aquí y de allá que, sin saber cómo, acaban en la cuenta corriente del listo de turno.
Así son las crisis, la clase alta se amilana pero sigue viviendo como reyes (excepto los reyes que viven como marqueses), la clase media, sin embargo, empieza a segregar sudores más propios del acongoje que del calorcillo veraniego. Algunos incluso pierden la casa, el coche, la mujer y el casio... La clase baja, si ya de por sí estaba importunada, ahora está muy pero que muy jo... fastidiada.

Sí amigos, lo peor de cada casa reunidos para hacernos reir y llorar mientras choricean por doquier todo lo choriceable. Esta clase es extremadamente inteligente para temas económicos aunque son muy despistados ya que, a menudo, confunden las cuentas públicas con sus cuentas corrientes. Este carácter "despistado" los lleva en ocasiones a pasar largas (o no tanto) temporadas en un centro de ocio donde conocen a gente nueva y hacen amigos. Existen multitud de estos centros pero sus preferidos están en Alcalá Meco y Alhaurín de la Torre.

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